¿Cómo puede afectar la rutina diaria a la audición?


En el día a día las personas se rodean de estímulos que pueden afectar su capacidad auditiva. Sin embargo, casi la mitad de la población no considera que su estilo de vida tenga consecuencias en su audición.

Buenos Aires, junio de 2019.- El estilo de vida que llevan las personas puede afectar de forma positiva o negativa su estado general de salud. Los espacios de ocio, que generalmente se utilizan para relajarse, pueden tener un fin distinto si se incluye música a volúmenes altos por periodos largos de tiempo.

Según un estudio realizado por Gaes Centros Auditivos a nivel nacional, el 47% de la población considera que la pérdida auditiva no está relacionada con los hábitos de vida que tienen. Realizar deportes, leer un libro o cocinar son tareas de la vida cotidiana que suelen relajar a las personas. Sin embargo, si sumamos ruido elevado durante periodos largos de tiempo a estas actividades, se puede ver afectado su estado de salud.

“La exposición al ruido elevado de forma constante tiene consecuencias a largo plazo que pueden ser contrarias al efecto deseado al querer relajarse mientras se escucha música o se sale a correr cerca de una autopista. El ruido puede afectar tanto a la audición, por una pérdida de capacidad auditiva, como a la salud en general, provocando estrés, nerviosismo, trastornos del aparato digestivo, del sueño y del aprendizaje, enfermedades cardiovasculares, disminución del rendimiento laboral y cambios en el comportamiento social.”, señaló Agustina Leiro, fonoaudióloga y asesora de Gaes Centros Auditivos.

En general, los argentinos mostraron una inclinación a incluir ruido en sus espacios o momentos de ocio. Según la encuesta, el 73% de las personas manifiestan una preferencia a cenar o almorzar con ruido. Para los momentos donde quieren relajarse y desconectar el 56% lo hace con ruido, mientras que la hacer deporte esta cifra asciende al 77%, siendo las mujeres quienes más lo prefieren. En lo que refiere a realizar tareas domésticas y cocinar, el 94% y el 90% de los encuestados respectivamente lo hacen con música.

Ante estas situaciones es importante evaluar si es necesaria la incorporación de ruidos y si el volumen puede llegar a afectar la audición, considerando tanto la intensidad del sonido como el periodo de tiempo en el cual se somete a esta exposición. “La detección e intervención tempranas son fundamentales para minimizar las consecuencias de la pérdida de audición. Es importante que una persona expuesta a factores de riesgo en su vida cotidiana pueda identificarlos y tomar las medidas pertinentes para reducir su impacto.”, explica Leiro.

Fuente: GAES

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