El riñón es un órgano vital que entre las funciones que tiene se encuentran, la depuración y la limpieza de la sangre, así como la regulación de la presión arterial y el normal funcionamiento del sistema endocrinológico.
El estilo de vida, el consumo de tabaco, el sedentarismo y la automedicación, son todos factores que pueden afectar al normal funcionamiento del riñón. Siendo un órgano vital del cuerpo humano, entre sus funciones se encuentran la limpieza de la sangre de las toxinas que se acumulan, así como la regulación de la tensión arterial o la producción de hormonas encargadas de producir glóbulos rojos. Cuando la función renal se ve afectada, el paciente puede enfermarse crónicamente y tener trastornos en los huesos, anemia, acumulación de toxinas en el cuerpo, hipertensión e incluso problemas del corazón.
Un estilo de vida saludable ayuda y previene la enfermedad renal crónica, que si avanza puede disminuir la calidad de vida del paciente llevándolo a un tratamiento de diálisis o bien, al trasplante de riñón. La diabetes, el ritmo de vida sedentario, el colesterol, el tabaquismo y los triglicéridos, junto con el consumo irresponsable de los antiinflamatorios no esteroides pueden afectar al riñón disminuyendo su funcionamiento y trayendo graves consecuencias para la salud de quien lo padece.
“La enfermedad renal crónica se caracteriza por la pérdida del funcionamiento del riñón, que, si bien va disminuyendo con la edad, cuando un paciente tiene esta patología, el rendimiento del riñón baja considerablemente, mucho más rápido”, señaló el Dr. Horacio Trevisani, principal referente de la especialidad de las clínicas Bazterrica y Sta. Isabel del grupo Omint.
“Si bien hay distintas categorías, el cambio en el estilo de vida es fundamental para que el paciente no siga perdiendo su función renal y pueda volver a los niveles normales de este”, agregó el Dr. Trevisani.
Es que, si bien en los primeros estadíos de la enfermedad renal crónica el paciente no advierte fácilmente los síntomas, las personas que tienen diabetes, hipertensión, sobrepeso o niveles altos de colesterol, son susceptibles de tener patologías asociadas al riñón. “Ante el aumento de la diabetes y la obesidad, junto con el sedentarismo, la enfermedad renal crónica también crece”, mencionó el Dr. Trevisani.
Actualmente en Argentina no se ven diferencias entre género y la enfermedad renal crónica. Esto se asocia a que los factores condicionantes de la enfermedad no distinguen entre edades o género, sino que están condicionados por el estilo de vida del paciente. Aquellos que sufren una enfermedad renal crónica y no modifican sus hábitos en la mayoría de los casos terminarán con un tratamiento de diálisis, que en el 70% de los casos implica un cansancio tanto físico como social para la persona.
“El tratamiento de diálisis requiere un tiempo importante en la vida del paciente. No solamente lleva de diálisis tres veces por semana, sino que genera un cansancio adicional para la persona, que en algunos casos debe cambiar su rutina habitual.”, señaló el Dr. Trevisani.
“La diálisis no reemplaza la función del riñón completamente. Este proceso no regula en forma adecuada la presión o la secreción de hormonas que forman los glóbulos rojos, pero permite eliminar las toxinas de la sangre lo cual le brinda al paciente la posibilidad de acceder a más años de vida y al trasplante renal.” Explica el Dr. Trevisani
Algunos de los signos y síntomas para tener en cuenta son: la retención de líquidos, la hinchazón de los miembros inferiores, orina rojiza o con espuma, cambios en el ritmo diurético, en general por la noche.
“Mi recomendación es que se haga una consulta y un seguimiento clínico. Con análisis de sangre y orina que puedan prever fallas en el funcionamiento del riñón. Especialmente, en el caso de que se tengan antecedentes familiares de enfermedades en dicho órgano, o bien si los valores de laboratorio revelan que hay diabetes, colesterol o triglicéridos”, señaló el Dr. Trevisani.
Los principales factores de riesgo son, diabetes, obesidad, colesterol, triglicéridos, llevar una vida sedentaria, fumar o consumir antiinflamatorios no esteroides en cantidad. Además, los pacientes hipertensos deben tener un mayor control y seguimiento constante ya que la presión alta puede estar provocada por una falla renal o bien, la falla renal provocar la hipertensión.
“La mejor medida que se puede tomar es la de modificar el estilo de vida, comer saludable, hacer actividad física, bajar los niveles de glucemia junto con los del colesterol y no fumar. Siempre, realizando una consulta y seguimiento con el médico clínico o nefrólogo”, agregó el Dr. Trevisani
Fuente Clínicas Bazterrica y Santa Isabel
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